Cuando hace cuatro años Pam, la hija de Kathleen Connell, tuvo la feliz idea de regalarle por su cumpleaños la videoconsola que en la tele decían que podían jugar abuelos con sus nietos, no imaginaba que iba a acertar tanto. A los dos años, estaba tan viciada que del uso acabó rompiendo su Nintendo DS y se tuvo que comprar otra.
Kathleen, a la que todos llaman Kit, es una mujer peculiar. A pesar de tener las dos piernas amputadas y coleccionar 100 años en su carnet de identidad, siempre se sintió mucho más joven de lo que era. Ahora, cuando juega al Brain Training, su favorito, la máquina le dice que tiene 64.
"No puedo expresar con palabras lo mucho que me gusta jugar", dice Kit, que tiene su rutina de 'gamer' muy bien asumida: "Si no hay nada en la tele, por la tarde me pongo con la consola. Ya sólo paro para tomar el té", dice la anciana de Thornliebank al 'Daily Mail'. "Mantengo mi cerebro activo gracias a ella", añade.
La señora Connell pasa el día juntando palabras en el Scrabble de Nintendo, se reta a sí misma con el Brain Training o el My Word Coach y, últimamente, aprende a pintar en su pantalla con el Art Academy.
Como caída del cielo, Kit es una bendición para Nintendo. "Estamos encantados. Brain Training es un éxito mejorando la capacidad de nuestro cerebro y ejercitando la memoria", declara un portavoz de la empresa japonesa.
Pero que no saque tanto pecho Nintendo. El secreto de la eterna juventud de Kathleen Connell lo conocía antes de que le regalaran la DS: "Desde que tengo 80 años no siento que los años pasen por mí. El secreto de mantenerme así es ser optimista y estar siempre activa", acaba.
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